[breve ensayo sobre el color de tus ojos]
Esta tarde, te prefiero con anteojos
No sabría decir cómo, pero esta tarde es así
Desnuda, disimulada tras el vidrio
Agrandándote en la espesura de un instante
Ajustada por los ojos al gran circo del mundo
Donde la escena intuye una alquimia de leones
Tus ojos son dos altos aros de fuego
La pista es un músculo tenso a punto de reventar
Y hay una luz que se clava como crucifijo sobre el domador
Se clava y deja raíces y hace crecer tus ojos
Tu mirada que de pronto se llena de leones y de admiración
Mientras la sombra de una sirena desbaratada estalla en marañas de sueño
No sabría decir cómo, pero esta tarde así te quiero
Repitiéndote a ti misma en abismos de espejo hasta el fin de la tierra
Hasta esa herida en que termina el lenguaje
y la poesía es sólo el silencio de tus ojos
Un dios que busca a tientas nombrarse
en el fondo claro del encuentro
Y el acto sigue su curso entre malabares de determinismo con el que te amparas
Recoges tu vida en esta cajita de vanidad a la cual amo dar cuerda
Quizás sea eso, ¿sabes?
Esta tarde, simplemente, debías llevar gafas
De otro modo, no hubiéramos continuado a querernos hasta el fin de la tierra
Hasta esa herida abierta en que termina el lenguaje y la poesía
La poesía es sólo mirar tus ojos en silencio
Hasta dar de nuevo con la alquimia de leones,
las acrobacias que me llevarán a adivinar
el color exacto que ilumina tus pupilas
[ajolote]
Mira si no te querré, animalito siempre joven
Sentado en un tronco podrido allá por la punta del río
Frente al gran estuario de la vida, veo pasar las hojas
La corriente arrastra el otoño, esas cosas mojadas de muerte
Y yo, tranquilo, como las piedras de este mismo río
−que ciertamente ya no es el mismo, jamás lo será−
Veo pasar las hojas, los enramados del tiempo
Esos que, uno a uno, ayer se desprendieron con esa otra corriente
Esta mañana son arrastrados por el río,
−que ciertamente no es el mismo−
Y sin embargo, te veo nadando hacia mí, animalito siempre joven
Estás dentro del agua, sumergida, pero el agua no te toca
Te vienes acercando poco a poco y sé que pronto llegarás
Eres la misma de ayer, el río se adapta a tu curso y sé que pronto llegarás
Mientras, seguiré esperando
Sentado en un tronco frente al estuario de la vida
Mirando cómo pasan las cosas detrás
Como quien mira desde lo hondo de un sueño
Porque tú eres siempre la misma, eres el lenguaje y todo lo que se escapa
Mira si no te querré, animalito siempre joven
De la serie "Amor de ajolotes" publicado en Revista Marcapiel (2018).