Escena de un crimen
¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera la primavera !
¡Yo, muriendo!
Nicolás Guillén
¡De qué callada manera van urdiéndose tus ojos al mirarme!
Como si al borde de esa ronda inútil yo fuera a terminar queriéndote
Como si por algún acto de la prestidigitación nuestras bocas fueran a juntarse
Y no busco comprender el desierto supino que se desgaja entre nosotros
Esa clementina de las puntas cardinales anuncia dos secuencias, dos direcciones opuestas
¡Y de qué callada manera, de qué modo sutil vas tramando tus leyes!
Como si al compás de esa vieja habanera, yo fuera a terminar besándote
Como si por tumbao de la divina providencia nuestros cuerpos fueran a bailarse
En cambio, tú, buscas comprender el silencioso desaire que nos conmina este bar-lounge
Muy espiritual, diría, vienes a pararte frente a mí, puñal en mano, daga desnuda
¡Y de qué modo sutil me derramas en la camisa las rojas flores de abril!
¡De qué callada manera se me adentra usted sonriendo
Como si fuera la primavera y yo, muriendo!
El 22 de enero de 2018 en Aviñón, Francia, mientras escuchaba "De qué callada manera" de la Sonora Ponceña, escribí este poema sólo por jugar. Grata fue mi sorpresa al descubrir que la letra de dicha canción proviene de un poema del grandísimo Nicolás Guillén.