De utopia ludicus tractatus
Un estudio reciente ha demostrado la eficacia de reemplazar al gato doméstico por una especie más colosal y mayormente felpuda: el león de Berberia, suerte de prodigio que gusta de cazar en las espesas pineras del Atlas donde, según dicen, yace el titánico esperpento de piedra cuyas pomas intactas aún se conservan en algún museo del orbe, celadas por los más devotos dandis, yonkis y snobs. El estudio llamado “De gatos a leones” señala puntualmente y con exquisito detalle, las ventajas definitivas que tiene tener un león en vez de gato. Para el asombro de unos y el remilgo de otros, el autor ha recibido honores de la Academia y ha sido galardonado con varios premios en razón de su excelente aporte a la humanidad pues, en el fondo, todos sabemos que es mejor vivir así: encerrado en la idea estrafalaria de compartir el techo con un león milenario, antes que salir a la calle y sorrajarse la cara con la realidad.
Publicado en Archipiélago, Revista Cultural de Nuestra América, Vol. 24, n° 96, p. 41.